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Carta de la SAT ante el proyecto de modificación de la Ley de Trasplantes

Como es de conocimiento público, el Honorable Senado de la Nación ha dado media sanción a un proyecto de modificación de la actual ley de trasplantes, donde uno de los aspectos más salientes es la anulación del Art. 21 que refería a la consulta familiar del potencial donante.

Vale decir que en ningún momento esta Sociedad ha sido consultada respecto de la necesidad de modificación de la ley, ni participada a ofrecer aportes para la construcción de proyecto alguno.

Es por lo antedicho que la CD de la SAT, hace pública la siguiente manifestación que pone a vuestro conocimiento.

El pasado 30 de mayo la Honorable Cámara del Senado de la Nación dio media sanción a un proyecto que busca reemplazar la actual ley de trasplantes. Por lo manifestado en voz de quienes lo promueven, lo aprobado daría respuesta a los miles de pacientes que hoy nutren las listas de espera para trasplantes de algún órgano o tejido.


Hasta aquí no hay dudas de la buena intención, y la comunidad médica que asiste a diario a pacientes con necesidad de trasplante aprecia el interés mostrado, independientemente de quienes lo han pergeñado y/o colaborado en su redacción. Sin embargo resulta llamativo que ninguno de estos actores ha tenido en consideración la consulta meditada ni el análisis integral del problema con aquellos que formamos parte de la actividad de trasplantes. Así entonces, resulta preocupante que nuestros representantes tomen decisiones trascendentes para la salud de un país a partir de pareceres, o emociones y con premuras que solo responden a un “timing” que nada tiene que ver con el problema. Estimo que cualquier ciudadano afectado en su salud no esperaría respuesta a su problema consultando a sus seres queridos preocupados por la situación, ni a dirigentes que haya elegido, siquiera a funcionarios del Ministerio de Salud. Seguramente lo haría con su médico. Pues aquí, los médicos que hacemos trasplantes, nos enteramos una vez el hecho consumado.


La Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT), reúne a los profesionales de la salud que llevamos adelante los trasplantes de órganos y tejidos, en más de 50 años de historia de esta práctica en el país. Son y fueron los mismos que gestaron la primigenia ley y el organismo hoy llamado INCUCAI. Pero no parece necesario, para quienes promovieron este proyecto, que la Sociedad científica aporte con sus conocimientos a la solución de la insuficiente accesibilidad al trasplante por quienes lo necesitan.


Es cierto que el proyecto incluye puntos que nutren la actual legislación. Es de destacar la declaración de principios; el respeto por los derechos de donantes y receptores; el fortalecimiento de los profesionales de salud dedicados a la procuración, expandiendo su presencia en los centros sanitarios del país; entre otros aspectos más técnicos que tal vez exceda detallar en este momento.


Sin embargo, la motivación más profunda de este proyecto de modificación pretende ir a la figura de un donante presunto “duro”, aboliendo toda instancia de consulta familiar para el respeto de la voluntad del fallecido. Como si fueran las familias los únicos responsables de la escasez de donantes. En tiempos de pugna por derechos que nos respeten más como individuos, estaría en vías de aprobación un proyecto por el cual el sistema dispone de nuestros órganos.


Con mucha ligereza se habla del modelo español o francés, cuyas legislaciones tienen la figura del donante presunto. Sin embargo esas comunidades médicas nunca dejaron de abordar a sus pacientes, aún con muerte encefálica, como un todo que incluye a sus relaciones y familia.

Lo que deberían haber visto, o consultado, es que España, Italia, o mismo Croacia han alcanzado y se superan en cifras de trasplantes por desarrollar cuerpos profesionales dedicados a la procuración. Intensivistas que disponen de los cuidados necesarios de todo potencial donante, psicólogos que dan sostén a las familias, estructuras con medios para hacer eficiente el proceso de asignación y distribución. La actual ley no carece de ello, solo le falta la decisión de representantes que arbitren los recursos y exijan que esos medios se traduzcan en más trasplantes. Acaso los senadores se han manifestado ante el recorte de presupuesto que sufre el INCUCAI? Saben, que un sujeto trasplantado le cuesta menos al estado que permanecer en lista de espera?


La SAT, apoya las intenciones de modernizar nuestra ley, y claramente se opone a la supresión de la consulta familiar a excepción de que las reglamentaciones futuras garanticen la adecuada información de la población general que con el debido consentimiento cumplan con el respeto de las voluntades de todos nosotros. Solo con el correspondiente saber de porqué hacemos trasplantes, el conocimiento del impacto social del acto de donar, y la trasparencia de los procesos habrá la confianza necesaria para convertirnos en una sociedad donante.

Comisión Directiva

Sociedad Argentina de Trasplantes

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